Allá vamos con la crónica del viaje de este fin de semana. Me ha salido super-largo, aviso…

Empezaremos por el principio y ya veremos dónde acabamos. La cita en el Amara Plaza sin grandes sobresaltos, excepto quizás la tensa espera a alguna figura notable del coro. Por cierto, esto de la espera a notables figuras del coro, se repitió en casi todas las convocatorias parciales del intenso fin de semana.

El viaje no tuvo más novedad que la consabida paradita en Alfajarín, que es un pueblo con nombre cantarín desconocido para todo aquel que no haya nacido allí o viaje en autobús hacia el este. También tuvimos la consabida dosis de peli de bus que ayudó a conciliar el sueño a los que todavía no habían conseguido echar una cabezadita.

La llegada al hotel nos deparó una curiosidad, y es que parece ser que fuimos a elegir el único hotel de la costa mediterránea al que no puede acceder un autobús. Bueno, eso según la versión del peculiar conductor que nos tocó esta vez.

Dada la hora a la que llegamos, lo normal habría sido irnos directos a la cama, pero no es nuestro estilo y allí que nos fuimos a un establecimiento que escogimos básicamente por su nombre: Coco Molón. Quién podría resistirse! La “serveuse” que nos atendió en seguida nos cayó simpática, y no solo porque nada más vernos nos ofreció pasar al reservado VIP o por su peculiar manera de anotar cantidades. Por cierto, si debo algún Bizum a alguien, recordádmelo por favor. Por privado.

La fauna del hotel da para otra crónica. A mí al principio me extraño tanto fan de Xabi Alonso con camisetas verdes. Hasta que alguien, más puesto que yo en estos temas, me aclaró que eran aficionados a las carreras de F1 con la camiseta de Fernando Alonso.

No hubo heridos en el bufet del desayuno del sábado, aunque los efectos para la salud de lo que había expuesto en los mostradores probablemente se manifiesten a medio-largo plazo. Algunos intrépidos, entre los que debería haber estado yo…, vinieron a desayunar ya con bañito en la playa incorporado.

Así llegamos al ensayo en la coqueta iglesia que nos habían gestionado desde el coro local. Algunos decidimos ir por libre, unos para pasear guitarras por el pueblo y otras para, con la excusa de la fotito, entablar contacto con mozos exóticos de buen ver.

El ensayo matinal estuvo bien para levantar el ánimo. Era una de esas iglesias pequeñas con reverberación en la que suena bien hasta cuando toses. Laida casi consigue que el “al-da-pe-ko-sa-ga-rra-ren-a-da-rra-ren-pun-tan” suene articulado allí. Así nos ganamos el respeto de Ignasi, figura prominente del coro local por lo que se ve, que se animó a darnos unos cuantos consejos que nadie había pedido. Me acuerdo de ese de respirar bien porque hay directores que exigen a tenores y bajos cantar las frases del Cant de la senyera, todo seguido. A la hora de la verdad, en la actuación, entre las paradas que nos exigió con vehemencia el director y las que surgían motu proprio, creo que terminamos por respirar cada medio compás. En fin, su consejo sobre pronunciar triUmfants en lugar de triOmfants, sí que lo seguimos con entusiasmo y nos hizo quedar como auténticos catalanes en la actuación.

La comida estuvo bien. Típica comidita ligera que se recomienda en los manuales para prepararse para una actuación coral. Sobre todo la dosis de butifarra. La teoría predominante en el coro de que lo mejor es ingerir alcohol para facilitar la digestión de las grasas no fue refrendada por la directora, que miraba espantada la orgía de sangrías, cervezas, vinos, chupitos, etc.… que iban circulando con alegría entre las mesas. El café tampoco debe de valer. Y cuidado con el agua, que te tienes que terminar la botella, no vale dejarla a medias.

En fin, con lo que no tuvimos problemas era con lo de no echar siesta para no llegar al ensayo con voz de ultratumba: en una estrategia bien planificada, no hubo tiempo material. Así llegamos tras un viajecito en bus a Els Masnou, al lugar de la actuación. Todos y todas, con partituras, uniformes, guitarras, txistus,….y sin barandillita de la Concha. Menos mal que nuestra providencial

capacidad de improvisación el carácter resolutivo de la presi, y el comodín del amigo invisible, nos hizo salir del apuro sin mayores problemas y al final pudimos regalarles el detalle a los del coro Scandicus. La verdad es que nuestro regalo no desmereció en nada al que recibimos de ellos. Aupa Miren!

El ensayo en el lugar de actuación no deparó grandes sorpresas en nuestra parte. La consabida discusión técnico-filosófica entre director de coro y técnico de sonido sobre micrófono sí-micrófono no, peleas con el encendido y apagado del micrófono de mano (quién diseña estos trastos?). Lo que sí estuvo bien es la preparación de la disposición de silla y micro para el Xorieri, donde el técnico de sonido, con gran profesionalidad, marcó de forma inequívoca la disposición de los mismos en el escenario. O eso me pareció. Yo por lo menos me fui con la tranquilizadora sensación de “esto por lo menos está controlado, y no me tengo que preocupar”. Sensación a todas luces infundada, como se demostró más tarde.

El susto nos lo llevamos en el ensayo conjunto con el coro local. Curiosamente, el “Txoria-txori” lo tenían bastante controlado. Pero al terminar el estribillo del Cant de la senyera y callarnos nosotros para que siguieran con las estrofas… a mí casi se me cae el Ipad! Miré Iñigo e Imanol que los tenía al lado por si me había dado algo raro a mí, no sé, alguna disfonía, o sordera repentina o distorsión del tímpano… pero por sus caras ya me di cuenta de que no, que era real. Y así, básicamente pasamos el resto de la tarde ensayando cada uno como podía las estrofas del Cant de la Senyera. Alguno apuntó una solución más drástica: que cantáramos solo el estribillo, todos…

Gente muy maja por cierto los del coro. Había más moscatel que agua en los vestuarios, muy de nuestro estilo.

Y así llegamos al momento de la actuación. Primero cantaron ellos, y como ni este es un sitio para una crítica musical ni estoy capacitado para ello, solo decir que yo siempre disfruto viendo y escuchando a gente que se junta para hacer música.

Luego salimos nosotros. Unas breves y austeras pero sensatas y sentidas palabras de Ane iban presentando las obras por bloques. Su “Bona tarda”, en correcto catalán, también fue austero, pero por lo menos lo entendió todo el mundo. Aupa Ane!

En cuanto a la actuación, con el Euskalherriko calentamos motores. El irrintzi de Ane ha dejado profunda huella en Catalunya. Me consta que alguno casi sale corriendo buscando la salida de emergencia creyendo que era algún tipo de alarma, a otros casi les da un síncope (yo creo que la pareja aquella fundadora de Scandicus todavía no se ha recuperado, visto en que estado estaban después, en el lunch). El irrintzi fue precisamente uno de los trending-topics que acabó saliendo hasta en las versiones ochenteras del post-lunch.

Si alguien todavía no se había espabilado con el irrintzi, seguro que la intervención de Joseba con “Kantauri!” le despertó del todo. La verdad es que en directo, con el retorno sonaba muy presente, pero en el video se oye de maravilla. Aupa Joseba!

Así fuimos desgranando el repertorio con Ama, Saratarra, Aldapeko, hasta llegar al Jeiki-Jeiki. Por si alguno esperaba el típico txistulari cascarrabias en escena, allí apareció Karmele con su elegante porte dándonos entrada al resto. Algunos comentaron que es de las canciones que más gustó. Aupa Karmele!

Yo ya tenía interiorizada la regla nemotécnica de que después del Jeiki-Jeiki (por lo de Jeiki,) iba yo con la guitarra de marras. Tengo que confesar que cuando llegué al punto donde deberían estar ya correctamente posicionados silla y micro y no había ni rastro, me invadió un cierto desasosiego. Miré a ver qué pasaba entre bambalinas y allí me pareció ver a Lupe forcejeando con la pianista para quitarle la silla, a Laida desenredando los cables del micro y yo esperando de pie con la guitarra… me vino a la cabeza la canción de Javier Krahe “y yo con mi guitarra como un gilipollas madre, y yo con mi guitarra como un gilipo-o-o-llas”. Articulado. Como “Al-da-pe-ko”.

Por fin aparecieron las dos, una con micro y la otra con silla. A la hora de posicionar ambos trastos, yo creo que, menos poner el micro mirando al público y la silla patas arriba, intentaron todo lo demás. Una vez sentado, que no asentado tras el trajín, fue cosa de posicionar el micro, que ya me había avisado el técnico que lo más importante era la colocación exacta del micro respecto a la guitarra. El hecho de tener centrada la base del micro en el punto exacto del ensayo ayudaba sin duda. El hecho de que el soporte cuente con una regulación en altura y dos rótulas articuladas, te da básicamente infinitos puntos en un cilindro de radio r y altura h… y en uno de esos puntos acabó.

Aquí me tomo una licencia y cuento lo que se me pasa por la cabeza desde que acaba el Jeiki-Jeiki hasta que acaba Xorieri. Os lo podéis saltar…

Venga Antton, hire txanda. A por la guitarra. Ez erori gero! Hostia qué escándalo kitarra hartzerakoan. En fin, jendearekin estropuz egin gabe….ya estamos. Hementxe erdi-erdian. Eta aulkia eta mikroa? Baina zer dabiltza bi hauek? Joder! Qué hago, cuento un chiste? Noizbait iritsi dira! Ea, baina, aulkia ez zela horrela. A ver, que no estoy para muchas reflexiones… Ah, bai! Eske hemen aurreko hankak dira, ez atzekoak. Eta mikroa? Jopé, si se mueve para todos los lados. Bueno, hementxe, gutxigorabehera… a ver, orain afinatzera badaezpada, esan zidan Laidak, no queda muy bien, pero queda peor si está desafinada… llevo media hora afinando la misma cuerda: ya me vale. A por ello! Baina ez nago eroso… trajea? Korbata? Ah ez! Hanka gurutzatu behar dut… benga mikroa hankarekin jo gabe. Ya, allá voy!

Fantástico! De tres primeras notas casi no se te oyen dos, jopé Antton, un poco de salero y gracia hombre, kitarrako irakasleak ikusiko bazintu! Bueno esto parece que va, behintzat ez zait letra ahaztu, orain koroa… jopé qué bien suena el coro, ay céntrate. Que me toca… eta orain mi menor, si7, lam7 que se note el sol…. Uy! Bukaeran ya? A que se me va a hacer corto? Venga el “plink” final con sus finos armónicos y todo, no la cagues ahora, traste doce, no tiene pérdida, al final del todo, gogoratu inportanteena sokak zapaltzea, mejor que suene un mi menor sin armónicos que no suene nada…. Eta ya! “Pliiiiinkkk”

Pufffff ! Prueba superada!

Tal y como quedó evidenciado, no habíamos ensayado los consabidos saludos al público. Y así, con la incómoda sensación de estar saliendo a la carrera y tras dos amagos de saludar-pero-menos, hice un postrero intento de acercarme una vez más a saludar en el que pegué una patada a unas partituras (espero que no fuera tablet…) y ya dije: déjalo chaval, que ha quedado bastante digno no la vayamos a fastidiar. El mismo escándolo al dejar la guitarra en el suelo que al cogerla al principio, y a por otra!

Con Urretxindor, al que vamos pillando el tranquillo y los saltitos (de octava), Maitia nun zira, que gustó mucho y Gernikako arbola con acompañamiento New Age al piano cerramos la actuación. Aupa pianista!

En la actuación conjunta destacó por méritos propios el Jordi en el txoria-txori. Deben de tener en Catalunya un gesto particular en dirección de coros para indicar “calla, pesado, que ya te hemos oído” que Laida ha quedado en investigar.

El Cant sonó decentemente, creo, y acabó con un público emocionado, muchos de pié, y consiguiente salva de aplausos. Aupa público!

Que conste que esto que sigue, me lo han obligado a incluirlo en la crónica…Nada más salir quedó evidenciado que el actuar de solista con una guitarra te da un no se qué. Estaba yo de pié a ver si se me iba pasando el sofoco, con la guitarra, que con funda y todo ocupa más o menos lo que yo, cuando se me acercó una pelirroja preguntando “a ver si yo era el de la guitarra”. (No, el de la trompeta, estuve por decirle…). Sonaba demasiado sospechosamente al “estudias o trabajas?”. Menos mal que las voces blancas del coro la espantaron en un pis-pas. Pero fue un sinvivir toda la noche. No sé si era siempre la misma que se cambiaba de tinte, pero el caso es que allá donde iba triunfaba. Hasta sacándonos fotos en el antro de la noche se me arrimó alguna preguntando si era guitarrista… eso sí, parece que el efecto no dura mucho. Hoy no he notado nada especial.

Qué decir del lunch! Si parecía un banquete de boda! No solo en cantidad, sino en calidad. Se notaba que lo habían preparado a conciencia y con cariño. Aupa Scandicus!

Los cánticos más o menos formales dirigidos con maestría por Javi (Aupa Javi!) dieron en seguida paso a temas más informales y degeneró rápidamente en exitos desde los 60 hasta los 80 acompañados de manera original a la guitarra. Creo que justo en el punto antes de que alguna soltara que de allí no se iba nadie sin follar, conseguimos irnos.

Los más prudentes se fueron directos al hotel y los menos prudentes continuaron con la noche loca. Empezamos, como no podía ser de otra manera en el reservado VIP del Coco Molón, en el que, ya pillado el tranquillo al tema del pagar todos con una tarjeta y Bizums y tal, fueron fluyendo las cervezas con naturalidad. También fue fluyendo con naturalidad la “serveuse” simpática, hasta sentarse en nuestra mesa. Un día más, y se nos apunta al coro. La cosa es que al pedirle consejo, nos recomendó un garito de nombre peculiar: La Quadra… no supo explicarnos el porqué de su recomendación, salvo que estaba guay y daban taquitos de jamón si pedíamos todos juntos. Lo de todos juntos era muy importante, parece ser. No sé muy bien por qué, probablemente por falta de alternativas, decidimos seguir su poco argumentada recomendación, y allí nos fuimos tentados por los taquitos de jamón, como si no hubiéramos cenado ya para toda la semana.

Tras una alegre travesía con diversidad de opiniones sobre el camino correcto a seguir, que se repetían en cada cruce, llegamos al antro en cuestión. El personal de la entrada, de la cuadrilla del gorila del hotel, no infundía demasiada confianza pero nos lanzamos para descubrir que había que pagar entrada que incluía consumición. Esto no nos lo dijo la del Coco Molón, creo, pero una vez allí, pues p’adentro, no?

El garito curioso. Con fauna variopinta, pero con personalidad curiosa, con ambiente y bailoteos pero en plan tranqui. Estuvimos super agusto, la verdad.

Iñaki en seguida se presentó a la jefatura del lugar como colega de profesión, y con su don de gentes consiguió generosas raciones de taquitos de jamón, y canciones dedicadas “al grupo del coro de Donosti” con “Gora Euskadi”-s de por medio. Aupa Iñaki!

No tuvimos que cantar pero, eso sí, lo dimos todo bailando, como siempre. Laida casi monta un campeonato Cataluña-Euskadi de Limbo (no sé si se escribe así). Eso que consiste en formar como un listón con los brazos para que la gente pase por debajo contorsionándose y sin partirse la crisma y debería estar prohibido para mayores de catorce. Resulta que es campeona de Limbo de la zona Amara-Centro! Aupa Laida!

Como no había premios, decidimos dejarlo ya y volver más o menos txintxos al hotel. Que se acercaba la hora del desayuno…

Nada que resaltar en el camino de vuelta salvo un pobre con pintas un poco raras que nos preguntó en catalán cómo se iba a nosedonde, y primero le respondimos en francés, que no entendíamos frances, y después, en perfecto alemán, que se fuera para la izquierda. Para cuando reaccionó ya nos habíamos esfumado.

Tras poquitas horas de sueño, algunos más y otros menos, nos fuimos encontrando en el desayuno, en una ambiente que por momentos parecía sacado de una película de terror con zombies de enormes ojeras y ojos vidriosos, algunos más y otros menos, en busca de desayuno saludable a base de salchichas y otros embutidos, bollería industrial con los donuts como principal exponente, tortillas de jamón y queso tamaño XXL, y cafés, como no tocaba cantar…

Poco a poco nos fuimos congregando alrededor del autobús para volver hacia casita. En el bus, cada uno con lo suyo. Iñaki con sus cascos con los que la música suena más fuera que dentro, algunos estudiando idiomas, otros haciendo como que leían libros sesudos y tomaban apuntes, y la mayoría roncando con la satisfacción que da tener la conciencia tranquila tras el deber cumplido.

Paradita en Alfajarín, para variar, ya más sueltos para encontrar el baño etc…. Y vuelta al bus. Esta vez con peli incluída que la mayoría había visto ya, como suele ser habitual.

Las tormentas en la carretera nos iban avisando de que llegábamos ya a destino. Y así fue como llegamos sin más contratiempos al Amara Plaza.

Y eso es todo amigos! Hurrengorarte!

Aupa SantaCecilia!